Evidentemente la mayoría de estas metodologías llevan consigo una transformación en el aula, pues el alumno se convierte en el eje central del aprendizaje. Se deben convertir en espacios flexibles para ser modificados según la actividad y metodología a desarrollar.
Estas transformaciones son facilitadoras del aprendizaje pero partimos de la base que será el profesor el gran dinamizador y con un poco de imaginación puede convertir cualquier espacio en una fuente inagotable de aprendizaje. Evidentemente la transformación de estos espacios le va a ayudar a poner enmarcha las nuevas metodología y, sobre todo, los alumnos se van a sentir más m otivados y van a poder recibir mayor información de su entorno.

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